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viernes, 11 de julio de 2014

El cuento: fútbol y cierre

Érase una vez un país de 4.7 millones de habitantes; 1 de los 32 equipos de fútbol en el Mundial Brasil 2014 era el suyo. Fue así como en la valija colocaron el escepticismo que hasta ellos tenían, el esfuerzo y el trabajo, con su toque de magia creyeron que podrían triunfar y lo lograron. Primero Uruguay, luego Italia, siguió Inglaterra, continuó con Grecia y murió con Holanda.

La selección de fútbol fue eso llamado EQUIPO, no una suma de individualismos, de luces y estrellas. Parecían un sistema solar rotando en dirección de su estrella y su campo el universo; eso siempre hace la diferencia.

El equipo fue derrotado; sin embargo y por lo que cuentan los medios de comunicación, regresaron a su país como "héroes" con fiestas, reconocimientos, listos para la siguiente etapa con nuevos contratos, más fanáticos y todo lo que la popularidad no de jugador sino ser celebridad, trae.

El fútbol es popularidad, es cultura de un grupo muy grande, el tipo de cultura donde se encuentra de todo: los fieles, los transparentes, los amantes, los racionales, los intelectuales, los agazapados, los hipócritas, los que para no quedar excluidos usan la camiseta, postean en las redes sociales o escriben artículos como este. Es el "fenómeno" que genera pasiones y números. Eso todos lo sabemos.

Bueno pues en ese país llamado Costa Rica, que con suerte su total es un 10% de España o un Distrito de EEUU, la barriada cualquiera de Singapur, se produjeron 21 millones de mensajes de texto telefónicos (habría que revisar el whatsApp, el Viber, el Line y otros) durante el partido contra Grecia. Producidos digamos que por su población económicamente activa (PEA) y algunos colados: 2.1 millones aproximadamente. Ese mismo país que según la organización "Finanzas con propósito" gastó 60 millones de dólares en pantallas de televisión, a un promedio de una pantalla mediana de 150.000 colones o lo que es lo mismo 300USD; ese dinero representaría la construcción de unas 60 mil casas de clase media (sin el terreno). El asunto aquí es que la compra fue realizada con TARJETA DE CRÉDITO. A cada partido habría que sumar el gasto por licor y bebidas suaves para ver los encuentros, las bocas/botanas/tapas, la ropa (todos los miles de camisetas de la selección nacional fueran originales o copias a un precio que oscilaba entre los 8 y 30 dólares), el combustible para trasladarse a la casa del vecino/a, la economía de las apuestas y quinielas y otros rubros que no citaré.

Lo cierto es que, en el país de 51.100km2, donde hay más de 600 tipos de plástico con intereses que pueden llegar al 50% anual con ese PEA reducido que digamos no es atractivo en sí mismo, catalogado el tercer lugar más caro de América Latina después de Brasil y Chile y con un desempleo del 10,2% a setiembre del 2013 acompañado de un aumento del trabajo informal y del subempleo, cuyo costo de deuda aumentó en un 29% de 2012, con lo cual los intereses a pagar por préstamos representan un 2.6% de su PIB. Quedó dentro de uno de los 8 mejores equipos del mundo, de hecho según dicen el 5to lugar, ya que estuvo invicto todo el proceso y perdió por penales; además de contar con 2 jugadores en la lista de los 10 mejores del mundial, con efectivo equivalente a 14 millones de dólares y contratos por venir, como el guardameta y su posible traspaso del Levante al Bayern Munich.

Sí, el fútbol más que un deporte que opaca a otros, es una cultura, es popularidad, es motor de comercio, de negocios, genera impactos temporales y a largo plazo, nos hace más allá de hinchas, patriotas, nos impacta el ánimo y nos permite un escenario donde se sueña a cosa y sudor de otros. ¡Viva el espectáculo!

Este domingo cierra Brasil 2014, con selecciones derrotadas que volvieron a casa con el dolor porque aquí no importa la participación, importa ganar. Cerrará con el enfrentamiento de Alemania y Argentina y un mes después iniciarán los procesos locales con vistas a Rusia 2018; sitio donde quizá usted y yo, de alguna forma nos volvamos a ver, por supuesto que un poco más viejos, con antiguas y renovadas pasiones y el mundo se volverá a detener, como si pasara por primera vez en la historia.

Saludos de este insecto.

Eva, Mirada Mundial