Este insecto, estaba leyendo sobre el último apoyo de CEPAL a Centroamérica en donde la institución de manera conjunta con el BID, BM y PNUD, hará una evaluación de los daños causados por las lluvias que se presentaron de manera continua durante el mes de octubre pasado, las cuales ocasionaron el desplazamiento de aproximadamente 700.000 personas, afectando a todos los países de la subregión (excepto Panamá.), o bien que parece haber afectado la economía hasta un 4% del PIB como es en El Salvador.
Se usará el "expertisse" de CEPAL, pues hace 4 décadas atrás desarrollaron una metodología para calcular el impacto socioeconómico y ambiental de los desastres de origen natural. Aquí quiero rescatar dos cosas: 1. la capacidad de los Estados de poder responder a este tipo de fenómenos y 2. los refugiados climáticos.
Sobre el primero si bien, es positivo que los países "echen mano" de instituciones multilaterales pensadas para apoyar y fortalecer áreas y temas nacionales; por otra parte asusta saber que estas mismas instituciones de estos estados no parecen tener la capacidad de poder siquiera llevar un registro de la magnitud de las cosas que suceden a lo interno de estos, sea porque no hay o son deficientes los sistemas de información; sea por la propia dinámica de las instituciones responsables y co-responsables; sea porque los esfuerzos o recursos no son suficientes o se direcciones a otros temas. Lo que es agobiante, es la continua y manifestada debilidad de las instituciones estatales nacionales, en este caso centroamericanas, para prever y mitigar temas que son "eternos en la región", pues los desastres de origen natural son de larga data.
Vuelve a quedar de manifiesto la vulnerabilidad de ciertos grupos de personas, que año tras año sin haber logrado superar una situación de peligro anterior, entran a una similar o peor. Se presenta esto por falta de opciones, bien de información, sensibilización y educación al respecto e inclusive de capacidad de respuesta generalizada.
Hay una necesidad de que los Estados atiendan de mejor manera los temas relacionados con la prevención, no basta ni debe ser la atención a la emergencia la estrella de un escenario así. Por donde se quiera ver, se requiere política pública que priorice esto, si bien los instrumentos tradicionales usados, llámese leyes, códigos y normativa en general, existen en todos estos países; se requiere más: recursos humano institucional formado; mayor y mejor coordinación de las instituciones de los gobiernos centrales y los municipales; planificación urbana (la gran ausente en la subregión); un público en general sensibilizado e informado que pueda introducir estos temas en su vida cotidiana; una sociedad civil organizada, participando desde sus condiciones, fortalecida igualmente; generación de procesos de adaptación al cambio y la variabilidad climática, pues lo cierto es que el área es una de las más vulnerables de Latinoamérica. ¿O será que más bien que todo el mundo es vulnerable en estos momentos?
Acerca de lo segundo; este es un tema que se las trae: cambio climático. Cuando digo se las trae es porque tiene el mundo décadas de hablar de esto; más lo cambios, acuerdos y prácticas efectivas si bien no son ausentes, son pocas y los grandes responsables aún no asumen los grandes compromisos, tal es el caso de Estados Unidos y China por solo citar dos ejemplos. Sin embargo, esto lo dejaré para el siguiente post.
Hasta la siguiente vez,
hj para Mirada Mundial, Mirada de Insecto
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