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sábado, 1 de octubre de 2011

A propósito de Bolivia

Fotografía de Agencia EFE
Por estos lares, por este tiempo, tengo un círculo reducido de cómplices con quienes comparto temas de política; corrijo, hablamos de lo que sucede en el mundo casi diariamente. Anoche departía con una de ellos quien ocupó un alto cargo en el gobierno boliviano hace años atrás, en la época en que soñaron que el desarrollo sostenible sería algo que se podía realizar desde todos los frentes y de manera participativa como articulada. 

Esa misma persona que aún trabaja en el ámbito mencionado y desde otra área, estaba comentándonos el análisis que hizo en una entrevista para algún periódico de su país. De lo dicho por ella rescato algo que comparto, cuando preguntaban qué fallaba en el gobierno de Evo Morales (una vez amado por muchos), mencionaba (palabras más o menos), que cuando una persona en el Estado se saltaba las normas, llámese leyes, códigos y acuerdos, sin considerar la razón por la que estaban establecidas, eso solía generar problemas. Quizá les suene que es estaticista, algo romántico y un tanto purista, sin embargo comparto esto, aunque claro hay más profundidad en el tema. 

Hace algún tiempo atrás y por segunda ocasión, tuve la oportunidad de trabajar para el gobierno de mi país, lo hice porque hubo una oportunidad interesante y porque el proyecto de vida, para llamarlo de alguna manera, lo compartía, al decir verdad lo comparto hasta hoy. De ese segundo chance y con unos ojos menos petulantes y jóvenes, comprobé que sí se puede trabajar más y mejor que ese mito del Sector Público no funciona y el Sector Privado es más eficiente; confirmé que hay que tener coraje para poder confrontar la maraña de leyes, de mandos medios que quieren continuar su status quo (este es un mal generalizado en América Latina), grado de poder autarquico con un grado de desidia, corruptela y desencanto; aún se encuentran jóvenes que desafían el estático sistema que hacen, construyen, tienen fuerza para tres cosas: hacer su trabajo, confrontar el desprestigio del funcionamiento público y el de sus propios colegas que han sido "abducidos por esa forma de no hacer".

Trabajar para gobiernos corruptos, con altos índices de violencia, con pocos recurso económico y humano para atender problemas nacionales, con el estira y encoge de los tiempos políticos, con el fantasma de que cualquier cosa que haces tiene consecuencias hasta años después de realizadas, con el tufillo de persecuta o interpretación mezclada por momentos, con salarios poco competitivos al menos para los nuevos y no así para los que llevan siglos de piedra en la esquina de su oficina, hace el trabajo difícil. Sin embargo aún así en todos los sitios se puede hacer; es aquí donde el diálogo, la concertación, el buscar elementos que unen, que puedan empujar desde diferentes líneas y condiciones un proyecto de gestión se hace crucial. No importa si se es presidente de un país, un ministro, un director, un canciller el diálogo, la concertación, el escuchar primero para hablar después, el buscar líneas y trazos "claros", comprender el país, entender el Estado es parte del ejercicio político. Pues cuando se inicia un gobierno este viene con "herencia" de las gestiones pasadas, con un aparato de leyes que para "bien y no tanto bien", fueron creadas y pensadas en un momento y finalmente se trata de un país sin importar el tamaño y que por alguna circunstancia eligió para un periodo a esos que están ostentando el poder. ¿Por qué no escucharlos?, eso es lo que sucede a propósito de Bolivia y otros sitios más...

Hablando de Bolivia, al día hoy sábado 1 de octubre, han renunciado 4 altos funcionarios, 3 de ellos ministros del gobierno de Evo Morales, su popularidad ha bajado de un 70% con la que inició el segundo periodo en enero del 2010 a un 37% en este mes de septiembre 2011, según www.america.infobae.com y www.lostiempos.com. Las principales ciudades Cochabamba, La Paz y Santa Cruz han estado paralizadas en diferentes momentos durante horas por las protestas generalizadas de la población respecto a los últimos acontecimientos relacionados con la construcción de una carretera que le daría salida a Brasil al Pacífico, pero que a su vez cruza territorios ambientalmente frágiles y sagrados para los pobladores. Aunque la protesta se centra en la pobre o carente política económica del gobierno demostrada en los múltiples desarciertos de los que destaca el de enero pasado con el combustible, a eso se suma la incapacidad de gestión generalizada y la parcialización hacia ciertos sectores. Como podemos apreciar en la muestra, el escenario no es menudo.

Desconozco como va a finalizar esta confrontación, donde han desaparecido en la última represión 37 personas y un bebé resultó muerto, lo cierto es que Evo debe más que pedir perdón, cambiar la forma en la que ha ido haciendo su trabajo, ante un pueblo que alguna vez pensó reinvindicarse en muchos aspectos bajo su liderazgo.

Hasta la siguiente vez,
hj para Mirada Mundial, Mirada de Insecto

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